Existe una enfermedad llamada retinopatía solar que es una forma de lesión macular que ocurre tras contemplar directamente el sol con escasa o ninguna protección, lo que genera una reacción fotoquímica destructiva irreversible.
La exposición de la retina a la luz solar produce daño en dos tipos de células sensibles a la luz: los conos y bastones.
Los daños ocasionados por la observación del sol están en relación con la época del año, la altura relativa del sol y el tiempo dedicado. Los pacientes operados de catarata, con distrofias de la retina y albinismo son los que tienen mayor riesgo de retinopatía solar.
La sintomatología se presenta en forma súbita dentro de las 72 horas provocando cefalea, visión borrosa, fotofobia, mancha negra central en la visión y alteración en la visión de los colores.
Generalmente la visión mejora a los 6 meses salvo que el daño ocasionado haya sido más severo, en cuyo caso persistirá una visión oscura central que dificultará la lectura y labores diarios.
El método más eficaz para la retinopatía foveomacular es la prevención a partir del uso de filtros solares capaces de absorber las radiaciones infrarrojas y ultravioletas.