Nota al Dr. Ticiano Giobellina para la revista InfoMédica Córdoba. Entrevistado por Karla Marval Esteves ( @kmarval )
La presbicia no es una enfermedad. Es un proceso natural de envejecimiento de un lente que tenemos dentro del ojo llamado cristalino.
La presbicia o vista cansada es un problema muy común entre la población a partir de los 40 años. Su incidencia aumenta con la edad. Sin embargo; la aparición de este problema visual no significa que se deba renunciar a ver bien de cerca o el decaimiento de la calidad de vida.
El médico cirujano especialista en Oftalmología Ticiano Giobellina (M.N. 120.292 – M.E. 16.344) explicó que este problema visual se traduce en la pérdida de la acomodación de cerca, y que si bien comienza a los 40-43 años aproximadamente, evoluciona hasta los 55 años. “La pérdida de la visión cercana es lenta y progresiva”, precisó Giobellina, quien mencionó que es una condición fisiológica que le ocurre a todos los individuos.
Para solucionar este problema visual, Giobellina, Jefe del Servicio de Catarata y Córnea en la Clínica de Ojos Reyes-Giobellina, indicó que existen varios tratamientos que van desde la utilización de gafas aéreas, lentes de contacto y la opción quirúrgica.
En el caso de optar o ser candidato para la intervención quirúrgica, la misma la debe realizar un médico oftalmólogo especialista en el tema, el cual deberá extraer el cristalino, que es el lente natural del ojo, para implantar lentes intraoculares trifocales, que permitirán una buena visión de lejos, intermedia y cercana.
Este tipo de tratamiento es definitivo, por lo que debe ser indicado y realizado por un especialista. Su aplicación depende del tipo de patología previa del paciente. De acuerdo al experto, la intervención tiene una duración de 10 minutos en cada ojo aproximadamente; sin embargo esta no se realiza en ambos ojos a la vez. Se debe esperar entre 5 y 7 días para intervenir el otro ojo.
En cuanto a la recuperación, esta va a depender de la complejidad de la cirugía, puede ser entre 24 horas a unos días; y pasadas las 48 horas el paciente se puede reintegrar a su vida normal y laboral. Para un buen resultado, es vital un complejo análisis diagnóstico.